AV I A R A ,
3 0 d e M A R Z O d e 2 0 0 9
Hola queridos lectores de Binaced y Valcarca, hoy me he decidido a escribir mi historia para compartirla con vosotros. Como sabéis, últimamente mi vida está llena de subidas y bajadas... no sé como empezar.
Fue en el año 1992 cuando entré por primera vez en el quirófano, tenía cáncer de pecho y me lo cortaron, desde entonces no he parado de ir por los hospitales. Primero en Barbastro y después en Huesca para darme quimioterapia, fueron seis sesiones, siempre estuve muy acompañada, Pepe mi marido y mi familia siempre estuvieron a mi lado.
Cuando tuve que ir a Huesca, mi sobrina Elisa me llevaba siempre que podía, la cual no me dejó, todos estos apoyos no se olvidan nunca.
En 2004, ya habían pasado doce años, de nuevo se repitió la historia, el cáncer volvió a aparecer, así que sin dar un paso atrás, con mucha fuerza de voluntad, ganas de vivir y la ayuda de los médicos oncólogos y de las enfermeras del Hospital de Barbastro junto a la de mi familia de nuevo, presenté batalla a la enfermedad.
Hola queridos lectores de Binaced y Valcarca, hoy me he decidido a escribir mi historia para compartirla con vosotros. Como sabéis, últimamente mi vida está llena de subidas y bajadas... no sé como empezar.
Fue en el año 1992 cuando entré por primera vez en el quirófano, tenía cáncer de pecho y me lo cortaron, desde entonces no he parado de ir por los hospitales. Primero en Barbastro y después en Huesca para darme quimioterapia, fueron seis sesiones, siempre estuve muy acompañada, Pepe mi marido y mi familia siempre estuvieron a mi lado.
Cuando tuve que ir a Huesca, mi sobrina Elisa me llevaba siempre que podía, la cual no me dejó, todos estos apoyos no se olvidan nunca.
En 2004, ya habían pasado doce años, de nuevo se repitió la historia, el cáncer volvió a aparecer, así que sin dar un paso atrás, con mucha fuerza de voluntad, ganas de vivir y la ayuda de los médicos oncólogos y de las enfermeras del Hospital de Barbastro junto a la de mi familia de nuevo, presenté batalla a la enfermedad.
Quiero agradecer el apoyo de mi cuñado Octavio, que una vez al mes, durante cinco días seguidos me llevaba al hospital, ya que mi marido Pepe estaba trabajando en Cataluña y no siempre podía estar a mi lado.
En abril del 2007, otra vez, de nuevo tratamiento, y otra vez mi familia a mi lado apoyándome. El nacimiento de las gemelas Montse y Lucía junto a Marcos, mis nietos, son los que más fuerza me han dado para esta lucha, y como no, Pepe, mi madre María, mis hijos, José Ramón, David y Vane, mis hermanas, sobrinos, los amigos, todos sin excepción me han dado su apoyo.
Y como no hay dos sin tres, ni tres sin cuatro, este pasado año 2008, otra vez en abril, ¡venga quimioterapia!, esta vez cada 15 días hasta que en noviembre ya me encontraron mejor y me dijeron: “descansa hasta febrero”, no sabéis lo contenta que me puse, no quiere decir que ya esté curada, pero yo lucharé hasta que me queden fuerzas, se que me tocará sufrir, unas veces estaré mejor, otras peor, pero no me rindo.
No os quiero cansar con mi historia, para finalizar quisiera dar las gracias al pueblo de Binaced, a sus vecinos, por los ánimos que me dan y yo también quiero con estas letras animar a los enfermos de cáncer para que luchen por su vida, que merece la pena.
En abril del 2007, otra vez, de nuevo tratamiento, y otra vez mi familia a mi lado apoyándome. El nacimiento de las gemelas Montse y Lucía junto a Marcos, mis nietos, son los que más fuerza me han dado para esta lucha, y como no, Pepe, mi madre María, mis hijos, José Ramón, David y Vane, mis hermanas, sobrinos, los amigos, todos sin excepción me han dado su apoyo.
Y como no hay dos sin tres, ni tres sin cuatro, este pasado año 2008, otra vez en abril, ¡venga quimioterapia!, esta vez cada 15 días hasta que en noviembre ya me encontraron mejor y me dijeron: “descansa hasta febrero”, no sabéis lo contenta que me puse, no quiere decir que ya esté curada, pero yo lucharé hasta que me queden fuerzas, se que me tocará sufrir, unas veces estaré mejor, otras peor, pero no me rindo.
No os quiero cansar con mi historia, para finalizar quisiera dar las gracias al pueblo de Binaced, a sus vecinos, por los ánimos que me dan y yo también quiero con estas letras animar a los enfermos de cáncer para que luchen por su vida, que merece la pena.
Por desgracia no valoramos lo que tenemos hasta que te pasa algo, repito:
¡ánimo y adelante¡ os lo dice una luchadora.
Belinda Cajigós
¡os quiero a todos!
¡ánimo y adelante¡ os lo dice una luchadora.
Belinda Cajigós
¡os quiero a todos!
1 comentario:
una mujer muy valiente, luchadora, y agradecida a su familia que siempre la han apoyado, por eso quiero felicitarlos a todos, es muy importante el apoyo de la familia y desgraciadamente no siempre saben reaccionar. un beso para ti Belinda y para toda tu familia y amigos. os quiero. Josela
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